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21/09/2024 - 12:00 General
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Cada 21 de septiembre se celebra el Día Mundial del Alzheimer, una realidad con la que se convive en el Centro San Juan de Dios de Ciempozuelos. Alrededor de 60 usuarios tienen demencia o enfermedad de Alzheimer, patología que lleva asociadas las alteraciones de la conducta. 

El objetivo a conseguir con estos usuarios en el Centro San Juan de Dios es intentar que la persona sea lo más autónoma posible en todas sus actividades de la vida diaria. "Se trabajan aspectos cognitivos para intentar ralentizar el avance de la enfermedad lo máximo posible y se tienen en cuenta las preferencias del mismo para que su vida sea lo más plena posible", explica Samuel González, enfermero y coordinador de la Unidad 11, especializada en Psicogeriatría.

Debido a su experiencia, se ha observado un aumento de casos respecto a la aparición temprana de esta enfermedad. La edad es uno de los factores de riesgo más importantes del Alzheimer y las posibilidades de padecerlo aumentan a partir de los 65 años. Sin embargo, en los últimos años se está viendo una aparición cada vez más temprana de este tipo de demencia, llegando a contemplar la aparición a partir de los 50 años.

"Esta disminución del umbral se debe, en la mayoría de los casos, por el consumo prolongado de alcohol y/o sustancias tóxicas como son la marihuana o la cocaína", explica. A lo que añade que no está demostrado que el Alzheimer tenga una causa genética, por sí sola; pero, añadiendo los factores de estilo de vida y ambientales, puede llegar a influir en su desarrollo.

Llamadas de atención

Habitualmente son los familiares o las personas con las que se convive las que detectan el inicio de los primeros síntomas del Alzheimer. Hay diversas señales de alerta que, en casos aislados, no tienen por qué significar nada grave; pero hay que estar pendiente si aparecieran varias de estas señales en un mismo periodo de tiempo.
· Olvidarse de alguna información o tener dificultad para recordarla, necesitando así, ayuda de otras personas para recordar.
· Desorientación espacial y/o temporal.
· Dificultad para realizar tareas complejas.
· Dificultad en el lenguaje para comunicarse.
· Falta de interés o dificultad en realizar las actividades diarias.
· Dificultad para calcular distancias, reconocer colores, leer…
· Cambios de humor y de personalidad.

Tratar con una persona que padece Alzheimer precisa de paciencia y dedicación; ya que va a necesitar apoyo en el hogar a medida que la enfermedad empeore. Por ello, es importante entender cómo la persona con demencia percibe su mundo y hacerle partícipe en su cuidado diario.

El papel de la familia

La familia es un pilar fundamental a la hora de establecer una valoración individualizada y unos cuidados de calidad, junto con el personal sanitario, a la persona que padece Alzheimer.
Cabe destacar que suelen ser ellos, los que primeramente detectan la aparición de nuevos síntomas o el agravamiento de la enfermedad, ya que conocen a la persona.

En un 70% de los casos, el entorno familiar es el cuidador principal pero, como explica González, es importante el rol del sanitario a la hora de trasmitir paciencia, mostrar empatía y, sobre todo, concienciar al cuidador que debe cuidarse, para poder cuidar. "Es fundamental saber pedir ayuda cuando se es necesario y ofrecer ayuda cuando los niveles de sobrecarga de la persona cuidadora son perjudiciales para su bienestar" aconseja el experto.