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El Centro San Juan de Dios de Ciempozuelos acoge más de 700 obras pictóricas como expresión del arte de los residentes que, desde el año 1877, han ido ingresando en este complejo hospitalario especializado en salud mental y discapacidad intelectual con trastornos de conducta. Como señala Calixto Plumed, creador y responsable del Archivo del Patrimonio, “para la salud mental el beneficio no es económico, sino que es la expresión de las vivencias interiores plasmadas en la pintura, escultura, dibujos... Es una satisfacción personal”.
La misión del Archivo es difundir y sensibilizar sobre la Historia del Centro a través de objetos antiguos y el arte creado por personas con enfermedad mental o discapacidad intelectual, sea cual sea su manifestación: pintura, escultura, artes aplicadas, fotografía, escritura, etc…, a través de los talleres de arte terapia organizados en las distintas unidades.
Para este Hermano de San Juan de Dios “el arte siempre es beneficioso para cualquier persona que sabe expresarse, y si hay otras personas que lo saben apreciar. Porque el arte supone relación e implicación entre artista y espectador”.
Algunos de los trastornos más frecuentes entre los residentes en estos casi dos siglos de historia han sido: esquizofrenia, epilepsia, neurosis o psicosis maniaco depresiva, entre otros. Esto ha dado como consecuencia, obras con unos rasgos característicos comunes como "Horror Vacui" o estilización e inexpresividad de las figuras (esquizofrenia); escenas apocalípticas, densas, escalofriantes o semejanza con el dibujo infantil (epilepsia); el paciente se representa a sí mismo en las obras y/o representa contenido altamente emocional (neurosis); los personajes representados están de acuerdo con el estado de ánimo del autor, se emplean de personajes bajo formas que no les corresponden, como en la mitología (psicosis).
Según explica Calixto Plumed, hay que centrar la aproximación a su producción artística desde un doble plano y con mucho tacto y delicadeza. “Por un lado, encontramos artistas que han caído enfermos y tienen un estilo peculiar de producir según su experiencia y vivencia de su propia enfermedad, sea en estado depresivo, se en fase maníaca, sea con posible diagnóstico de esquizofrenia o paranoia… Y se puede apreciar un deterioro con la evolución de la propia enfermedad, llegando incluso a la despersonalización. Por otro lado, encontramos enfermos mentales que se expresan sencillamente por la pintura, dibujo, fotografía… reflejando su propio interior que tal vez no pueda encajar dentro de los patrones que otros llaman arte. Desde mi punto de vista esto es también arte y tal vez más que aquel que resulta comercial”.
En este último punto, incluye también lo reflejado por personas con discapacidad intelectual e incluso retraso mental.
Cuando el artista enferma
Uno de los artistas más reconocidos de todo el archivo es Carlos González Rajel, creador de la “Esqueletomaquia”. Este genio nacido en Jerez, artista y fotógrafo bohemio y atormentado, pasa gran parte de su vida en Madrid, donde toma contacto con los grandes artistas del momento y donde se le diagnostica una psicosis maniaco-depresiva y una adicción al alcohol en el Sanatorio San José de Ciempozuelos, donde tiene que ser ingresado.
Su obra, la generada en el sanatorio, está marcada por la temática de la "Esqueletomaquia" o "el arte de ver las cosas más allá de lo que alcanzan nuestros ojos", cuyo máximo exponente es la "Serie del Quijote" y "los retratos de los pacientes".
También podemos encontrar en el Archivo del Patrimonio del Centro San Juan de Dios, el Test de Rorschach al óleo, a través del cual se manifiesta la superdotada inteligencia de este artista, su producción sistemática, rica en simbolismos, una personalidad con tendencia a la inhibición y a la afectividad impulsiva además de un componente agresivo constante y activo sobre la imagen de la figura femenina.
Considerado gran dibujante y creativo de nuevas formas de expresar la realidad, vio frenada su carrera por la enfermedad mental y sus adicciones, que le hicieron perder tesón. Aun así, como señala Calixto Plumed, su obra es un fiel reflejo de su propio proceso de individuación donde se pone de manifiesto cada una de las etapas en las que va desarrollando su personalidad bohemia e incomprendida.
La influencia de la enfermedad mental
Como psicólogo clínico, Calixto Plumed, explica que la creatividad depende de cada una de las personas, y unas son más creativas que otras. La enfermedad mental, como en algún momento se ha pensado, no potencia para nada la creatividad, o se tiene o no se posee.
“Por supuesto -añade-, que cuando surge la enfermedad mental, la creatividad, si sigue permaneciendo, se va tiñendo de algunos matices que van diferenciando los diversos cuadros de patologías: estados maníacos o depresivos, bipolaridad, psicosis, demencias, despersonalización…”.
“Ha habido momentos en que se ha vinculado el genio con la locura -continúa Plumed. Las excentricidades pueden aparecer en cualquiera de las personas, porque somos vulnerables. Pero, no hay argumentos que puedan confirmar que las personas creativas sean más propensas a los trastornos mentales”.