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La visita que está realizando en estos días el Superior General de la Orden de San Juan de Dios, Hno. Donatus Forkan, a algunos centros de la Provincia Bética, ha tenido como protagonista a San Juan Grande. Precisamente, en el día de ayer y organizado por el Centro de San Juan Grande, se llevó a cabo la primera Peregrinación La vida de San Juan Grande en la Diócesis de Jerez y Cádiz, que discurrió por varias zonas donde el joven Juan Grande Román inició su obra tras escuchar la voz de Dios que le llevó hasta Jerez.
El camino de peregrinación se inició en la Iglesia de San Francisco, primer lugar de Jerez que pisa San Juan Grande buscando ayuda espiritual; se continúa hacia donde estaba situada la cárcel, donde trabaja para los más pobres, aunque para él no es suficiente, pues ve cómo en las calles hay mucha gente necesitada.
La peregrinación nos llevó a la Catedral y luego a la Iglesia de los Dionisios –lugar donde estuvieron sus reliquias--; seguidamente, el camino nos conduce a la Capilla de Los Remedios, donde la hermandad le deja un lugar para atender a sus pobres y enfermos. Pero un contratiempo hace que lo tenga que dejar, por lo que es acogido por la Hermandad de San Juan de Letrán que le cede un pequeño hospital para continuar su obra.
Juan Grande se adhiere a la Orden de San Juan de Dios en 1575. Su prestigio crece y su bondad hace florecer las vocaciones contribuyendo al crecimiento de la Orden en la Provincia de Cádiz, donde se llegó a contar con ocho hospitales situados en Jerez, Puerto de Santa María, Arcos de la Frontera, Medina Sidonia, Sanlúcar de Barrameda, Villamartín, Cádiz y Gibraltar.
Durante la visita del Superior General se acudió también a los edificios del Puerto de Santa María y de Cádiz que un día fueron propiedad de la Orden y florecientes hospitales regidos por los hermanos y que hoy cumplen otros usos educativos y asistenciales.
En un descanso del recorrido, el Superior General se mostró muy agradecido y sorprendido por todo lo que había conocido de San Juan Grande y por cómo las hermandades se han esmerado en conservar todos los elementos artísticos que delatan el paso de la Orden. Recordó el empeño del santo en trabajar por los más desfavorecidos y por poner en práctica continuamente el valor de la hospitalidad en condiciones que nunca le eran favorables. Por ello animó a los hermanos y colaboradores a afrontar el reto de seguir dando continuidad a esta labor conforme al ejemplo de espiritualidad legado por San Juan Grande.