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Pablo está muy contento esta semana porque tiene un nuevo encuentro con sus amigos de Valladolid. Les ha conocido durante el confinamiento, pero tanto para él como el resto de sus compañeros, estos encuentros virtuales son un aliciente cada mes.
“Gracias a los encuentros virtuales he hecho muchos amigos durante de la pandemia. Nos hemos conocido a través del ordenador y ya estamos haciendo planes para viajar cuando este virus nos deje”. Así de esperanzado y contento se muestra Pablo, uno de los residentes del Centro San Juan de Dios (CSJD) de Ciempozuelos, del área de Salud Mental.
Vuelven a tener uno de esos encuentros a través de la pantalla. En cada conexión un grupo prepara un tema que le explica a sus compañeros. Este mes, se habla de la Granja Escuela que hay en el CSJD y el trabajo que los chicos realizan allí. Pablo y sus compañeros se han preparado muy bien este tema y han trabajado mucho para poder compartirlo con sus nuevos amigos.
Desde hace unos meses, como parte del, Programa de Mejora de la Autonomía a través de las Nuevas Tecnologías, se ha creado un grupo en el Centro San Juan de Dios de Ciempozuelos y otro grupo de residentes del Centro San Juan de Dios de Valladolid para establecer relaciones entre ellos a través del ordenador. En apenas cinco encuentros, los usuarios de Ciempozuelos y de Valladolid han establecido unos bonitos lazos, se han cogido mucho cariño y están aprendiendo muchas cosas unos de otros.
m-Capacita, un paso más en la autonomía de los usuarios
Desde el centro, el personal de los talleres laborales y ocupacionales y Pisos de Integración Comunitaria lleva años formando parte del programa M-capacita, una iniciativa de la Orden Hospitalaria de San Juan de Dios que consiste en la mejora de actividades de la vida cotidiana de personas con discapacidad intelectual y enfermedad mental a través del uso de las Tecnologías de la Información y la Comunicación (TIC)..
Para ello, se utiliza la plataforma digital Mefacilyta, creada por la Fundación Vodafone España, una herramienta que pretende facilitar los apoyos necesarios en las áreas de gestión y escenarios donde se desenvuelve el individuo, incrementando sus niveles de autonomía y participación. Tareas como hacer la compra, coger el autobús para ir al trabajo o aprender rutinas de su día a día, como poner la lavadora y llamar por teléfono, son algunas de las actividades que se pueden realizar.
Este trabajo que se viene realizando con los chicos, por el equipo de Talleres Ocupacionales, junto con Mónica Martín, integradora social, y Olga Tapiador, terapeuta ocupacional, ha visto ampliadas sus posibilidades ante las dificultades de la COVID-19.
Como destacan Mónica y Olga, “esto les está sirviendo para seguir conociendo gente, aprender a respetar los turnos, a tener ganas de seguir aprendiendo, y a compartir experiencias de nuestro centro. Sin duda, está siendo un aliciente ante la falta de actividades exteriores con motivo de la pandemia y les genera mucha ilusión pensar en un encuentro para conocerse en el futuro”.
“Además, el uso de las TIC -enfatiza Ángel Campos, responsable de los talleres-, les está favoreciendo la adquisición de habilidades que aumentan su autonomía en las actividades de su día a día.