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“Entre el 60 y el 80 por ciento de los jóvenes y adolescentes han jugado apostando en el último año”
“Los últimos estudios demuestran que entre el 60 y el 80 por ciento de jóvenes y adolescentes han jugado a juegos de apuestas en el último año. El perfil en todos los países es similar aunque está cambiando el tipo de juego. Mientras que antes predominaban las máquinas, ahora está creciendo la práctica del juego online”. Éstos son algunos de los datos que ha compartido Ester Codina, enfermera del servicio de psiquiatría del Hospital Universitario de Bellvitge, en el primer día de las 35 Jornadas de Enfermería San Juan de Dios, organizadas por el Centro San Juan de Dios de Ciempozuelos.
Estas jornadas han sido inauguradas por la directora gerente del centro. Elvira Conde; el Superior, Casimiro Dueñas O.H., y el director de Enfermería, Pablo Plaza, y tienen como objetivo evidenciar la importancia del papel de enfermería en el ámbito de la prevención, control del uso y abuso de drogas y otras adicciones así como conocer las consecuencias físicas, psíquicas y sociales derivadas del consumo de las distintas drogas, describir el papel relevante de la enfermería, en la innovación, el cuidado y la asistencia frente a las adicciones y compartir experiencias y nuevas situaciones de los profesionales.
Ester Codina ha centrado su intervención en “el juego patológico desde una perspectiva clínica”. Define como “juego patológico”. cuando el individuo pierde la libertad de jugar y el juego pasa a ser una necesidad prioritaria, con las consecuencia que ello comporta en el ámbito personal, familiar y social”.
“Aunque se puede iniciar a cualquier edad -ha explicado-, la etapa más común es en la adolescencia, con un promedio de cinco años desde el inicio de la conducta hasta la pérdida de control. Las tasas de riesgo están entre el 1 y el 2 por ciento de la población, llegando a cifras mayores en sectores de riesgo como minorías étnicas o adolescentes”.
También ha manifestado que los factores de riesgo social en el juego problemático y patológico son edad de inicio, sexo, bajo nivel de estudios, ingresos, desocupación, vivir en zonas urbanas, escaso soporte social y familiar y ser inmigrante.
Otra de las intervenciones ha sido la del psiquiatra, José Cabrera, también patrono de la Fundación Tutelar de la Orden de San Juan de Dios. En su ponencia, centrada en el “por qué” de las adicciones, ha manifestado que “desde los tiempos más antiguos el ser humano se ha sentido a gusto imitando conductas o ingiriendo sustancias para buscar primero la confianza y posteriormente el propio placer. Finalmente, en pleno siglo XXI muchas conductas se han hecho compulsivas, en especial la ingesta de sustancias químicas, generando múltiples trastornos y diferentes situaciones epidémicas que aún hoy estamos sufriendo”, ha lamentado. “Conviene pues reflexionar cómo hemos llegado a este punto, para lo cual se plantean distintas reflexiones basadas en la experiencia y se pone encima de la mesa un horizonte de alternativas socio-sanitarias”.
Nazaret Saiz, enfermera especialista en Salud Mental del Hospital Universitario 12 de Octubre, ha centrado su exposición en el papel de la enfermería ante la adicción al alcohol. Su experiencia constata que “Atención Primaria es el lugar adecuado para el cribaje y el manejo de pacientes con consumo de riesgo”. En este punto y durante todo el proceso, hace hincapié en la importancia de que “la enfermería conozca todos los síntomas para valorar, intervenir y cuidar de la forma más efectiva posible”. En cifras, destaca que “el 20-30 por ciento de los pacientes ingresados en medicina interna presentan problemas de abuso de alcohol, algo similar a lo que ocurre con los Servicios de Digestivo y en las Unidades de trasplante hepático”.
Durante su intervención ha mostrado el trabajo en el 12 de Octubre, cuyo objetivo es el abordaje integral del paciente dependiente del alcohol y su reinserción en el ámbito comunitario
“L@s enfermer@s somos unos de los sanitarios que mayor tiempo pasa con los pacientes. Esto permite crear una relación terapéutica basada en: respeto y ayuda”. Tras el tratamiento, desde el centro hospitalario también se forma un grupo de prevención de recaídas, en el que se siguen diferentes sesiones para manejar la ansiedad, aprender a afrontar la depresión, estrategias para hacer frente a los pensamientos molestos, saber decir “no”.
En esta línea, se han creado grupos de habilidades sociales oprientados hacia la ampliación del repertorio de conductas que tiene el sujeto, “lo que conlleva al desarrollo de habilidades nuevas y conductas alternativas”.
Adicción a cocaína
Ana de Sebastián, coordinadora de Enfermería en el Centro Hospitalario de Tratamiento a Drogodependientes, gestionado por Proyecto Hombre Madrid, ha explicado cómo es el trabajo de la profesión en este centro. Los objetivos son: desintoxicación, valoración y confirmación diagnóstica en abstinencia, cuidados y deshabituación, para pacientes con Trastorno por consumo de sustancia grave.
El perfil general del paciente atendido en CHTD es un varón, de en torno a los 42 años, con más de 20 años de consumo habitual y dos o más diagnósticos de Trastorno por consumo de sustancias, siendo la asociación más frecuente la de Heroína y Cocaína. En el caso de los pacientes más jóvenes, predominan, en general, los consumos de Cocaína y Cannabis.
También disponen de un programa de intervención para mujeres embarazadas o madres de menores de tres años, con acompañamiento durante todo el proceso, que garantiza la protección del menor.
Sheila Peña y Alberto Ruiz, enfermeros de la Clínica Nuestra Señora de La Paz de la Orden Hospitalaria de San Juan de Dios, han hablado el papel de la enfermería en el tratamiento de desintoxicación de la cocaína y el funcionamiento del Centro de Atención Integral al Cocainómano (CAIC), primer centro monográfico en el tratamiento de la cocaína en Europa, creado ya hace 18 años.
La clínica también dispone del área de Patología Dual (concurrencia en un mismo individuo de un Trastorno por Uso de Sustancias (TUS) y una patología mental).
Entre algunas de las funciones que llevan a cabo, se encuentra la acogida del paciente y la familia favoreciendo la escucha activa, ofrecer la información del dispositivo y fomentar la motivación “generando empatía para iniciar un vínculo terapéutico”, ha destacado Sheila Peña. En la clínica la enfermería mantiene la primera entrevista con el paciente, “que debe ser motivacional, reforzando y apoyando el cambio y la decisión del ingreso” y se realiza una valoración inicial diseñando un plan de cuidados individualizado con el fin de detectar las necesidades y elaborar un proceso único y continuado.
En la Clínica Ntra. Sra. De la Paz, se han puesto en práctica algunas actividades menos tradicionales, con el fin de mejorar la asistencia del paciente con adicción a sustancias o patología mental asociada, tratando de evitar la recaída y mejorando la calidad de vida del usuario desde un punto de vista integral. De este modo, como ha destacado Peña, “se establece la intervención de enfermería en Salud Mental como pieza indispensable para obtener una mejora global efectiva en los pacientes con adicción a Cocaína y Patología Dual”.
*Con el objetivo de mejorar la calidad de los cuidados es necesaria una formación continuada y actualizada de las diferentes intervenciones que se llevan a cabo con estos pacientes.