La autonomía, necesaria para la integración del discapacitado
Un grupo de 12 personas con discapacidad intelectual, residentes en el centro Psicopedagógico de San Juan de Dios de Tenerife, participa en el proyecto educativo Casa de la Labor que tiene como objetivo adquirir las habilidades necesarias para fomentar su autonomía y trasladarse a final de año a un piso tutelado.
La iniciativa pretende trabajar en la adquisición de las destrezas prácticas y emocionales para favorecer su máximo grado de independencia. Estos objetivos se pretenden conseguir a través de una serie de talleres dentro de un mismo espacio: una casona en Villa Oropesa (Tacoronte), donde cada miércoles, a lo largo de 4 horas, realizan actividades propias de la convivencia: desde cuidar su propia higiene hasta la limpieza del hogar, pasando por la elaboración de recetas saludables para alimentarse. También cultivan y cuidan plantas y hortalizas y se ocupan del cuidado de los animales en una pequeña granja.
Los especialistas que les atienden en el Centro Psicopedagógico de San Juan de Dios (psicólogos, terapeutas ocupacionales, fisioterapeutas) trabajan focalizados en varios puntos: entrenamiento cognitivo (memoria, lenguaje, atención, razonamiento), técnicas de psicomotricidad (movimiento corporal), tratamiento psicológico. El objetivo siempre es logar el máximo nivel de autonomía para desenvolverse tanto en el entorno familiar como en la sociedad.
El Proyecto Casa de la Labor tiene una duración de 12 meses y el objetivo final es que los participantes puedan emprender su propio proyecto de vida autónoma en un piso tutelado que estará disponible a finales de este año en las dependencias de San Juan de Dios. El piso será habitado por 4 personas y contará con un tutor de apoyo.
La Orden Hospitalaria San Juan de Dios, lleva casi 500 años trabajando en dignificar la situación de las personas con discapacidad intelectual. Para ello, trata de aplicar las recomendaciones de la Convención Internacional sobre Derechos de las Personas con Discapacidad, aprobada por la ONU en diciembre de 2006 que pretende dar más visibilidad a este colectivo y favorecer su presencia en los espacios de decisión. Esto se consigue fomentando su autodeterminación y participación activa en la comunidad. Una de las apuestas de San Juan de Dios es ir sustituyendo los grandes espacios residenciales por otros entornos más normalizados que favorezcan su vida en comunidad.