La Fundación Affinity premia a Ciempozuelos por su Terapia Asistida con Animales
El centro San Juan de Dios de Ciempozuelos, en Madrid, ha sido reconocido por la Fundación Affinity por su labor desarrollando la Terapia Asistida con Animales. Este galardón fue otorgado con motivo del 25 Aniversario de la Fundación, durante un acto al que asistieron numerosos invitados y en el que se recordó el importante papel que realiza dicha entidad en pos de la difusión de los beneficios de los animales de compañía en la salud humana.
La gala, amena y emotiva, fue presentada por Andreu Buenafuente y en ella intervinieron diferentes personalidades del mundo político, de la Fundación y el presidente de su patronato, José Luis Doreste.
Asimismo, y con motivo de esta celebración, se hizo entrega de diferentes premios según seis categorías, entre las cuales se encontraba el reconocimiento a la trayectoria de una institución que trabaja estudiando y promoviendo los beneficios de los animales como fuente de salud, mediante las Terapias Asistidas con Animales de Compañía. En ella, y entre las cincuenta y tres que actualmente colaboran con Affinity, resultó elegido el centro de San Juan de Dios de Ciempozuelos, por los programas que viene realizando desde 2006.
Los profesionales de San Juan de Dios agradecieron a Esperanza Gil, adiestradora de Agilcan quien, tras su periodo de enseñanza en el adiestramiento básico de los animales, de manera totalmente altruista, continúa colaborando y participando en nuevos proyectos. El último, por ejemplo, consistente en el desarrollo de los grupos de Agility. También agradecieron a todos los compañeros que, de un modo u otro, contribuyen a que el proyecto cobre forma, recordando a los “chicos” sus horarios, ilusionándose tanto o más que ellos en la confección y arreglo de material o instalaciones, colaborando en diferentes grupos o ayudando en el mantenimiento de las perreras.
Igualmente, el personal del proyecto premiado destaca el apoyo de la dirección del centro de Ciempozuelos, “por escucharnos, darnos su confianza y prestarnos unas instalaciones ideales para trabajar con imaginación y en libertad. A Miss y Zara, nuestras puntuales e infatigables compañeras cada día y a ellos, a nuestros residentes, personas con discapacidad, de todas las edades y de todos los niveles, quienes conjuntamente y con su fantástica idiosincrasia, nos han ido planteando retos y nos han demostrado que sí, que era posible trabajar con todos ellos… en un formato diferente”.