10 de octubre: Día Mundial de la Salud Mental
Ya han pasado dos años desde que Paula ingresara en la Unidad de Rehabilitación y Retorno a la Comunidad (URRC) del Centro San Juan de Dios (CSJD) de Ciempozuelos. Había estado un año en la Unidad de Cuidados Psiquiátricos Prolongados (UCPP) pero la apertura de esta nueva unidad, hasta ahora única en la Comunidad de Madrid, y enfocada a los adultos más jóvenes, así como, de forma más concreta a patologías como el Trastorno Límite de la Personalidad, ha supuesto que Paula haya encontrado “su sitio”.
“No sabía pedir ayuda, cuando algo no coincidía con lo que yo creía que tenía que ser, insultaba, me comportaba mal, muy mal. No era capaz de controlarme y mi conducta no era correcta”, cuenta Paula cuando habla de cómo se encontraba hace unos años”. Ella ha visto cómo alejarse de las redes sociales también le ha ayudado a poner el foco en lo importante y no dejarse influenciar, además de su familia, “que no se rindió en ningún momento”.
“Tras varios años en distintos hospitales, siento que aquí estoy bien. Los profesionales me han puesto los límites que necesitaba para tener disciplina y no me han dejado caer. Su trabajo no está pagado. Te escuchan, parecen tu familia”, asegura esta usuaria de la URRC del Centro San Juan de Dios de Ciempozuelos.
Unidad de Rehabilitación y Retorno a la Comunidad (URRC)
La URRC surgió, como señala Juan Jesús Muñoz, coordinador facultativo del área de Salud Mental del Centro San Juan de Dios, al observar que existía un incremento de los casos de trastornos de personalidad graves. “Hasta el momento, nuestros dispositivos, especializados en salud mental, estaban mucho más centrados en trastornos del espectro psicótico, entre otros”. También se habían tratado trastornos de la personalidad, “pero con los cambios sociales actuales –señala el psicólogo clínico-, hay más factores de riesgo que posibilitan la existencia de un aumento de la prevalencia de trastornos de la personalidad que llamamos inmaduros, siendo el de mayor incidencia el Trastorno Límite de la Personalidad (TLP)”.
Esta nueva realidad ha tenido como consecuencia el incremento de las derivaciones a largas y medias estancias, pero los dispositivos no estaban enfocados en estos perfiles, lo que ha originado la creación de una unidad intermedia que acogiera la realidad de los TLP desde una perspectiva de hospitalización que permitiese incrementar los procedimientos terapéuticos. Este es uno de los principales motivos que originaron la creación de esta unidad.
Criterios de ingreso
Desde su creación hace dos años, con un volumen de 30 plazas, han ingresado usuarios con un perfil muy determinado que han sido derivados de toda la Comunidad de Madrid. Estos casos se caracterizan, sobre todo, por la necesidad de tratar los comportamientos disruptivos, de control de los impulsos, su conducta y una serie de trastornos que pueden desembocar (o no) en graves problemas de adaptación.
Los criterios de ingreso, como señala el psicólogo clínico, son perfiles jóvenes, preferiblemente menores de 40 años, para los que una media estancia tiene tiempos y capacidad de atención insuficiente y no existía más alternativa que la larga estancia. “Adultos, pero cuanto más jóvenes mejor, porque la personalidad consolida a principios de la etapa adulta y, una vez que lo hace es más difícil de modular o modificar”, explica Juan Jesús Muñoz.
Las altas se dan en función de la reintegración en el medio comunitario. Tras un arranque complejo, por el perfil de usuario, se están empezando a dar altas. Al ser una unidad joven, no hay un promedio anual, si bien siempre habría de tres a cinco casos a partir del tiempo mínimo de ingreso estimado. Este tiempo medio oscila entre 2 y 5 años, para altas. “Aunque pueda parecer mucho –explica el coordinador facultativo-, es importante observar que el régimen de ingreso se flexibiliza con inmediatez promoviendo la vuelta a la comunidad lo antes posible”.