Las familias, el gran motor del Centro San Juan de Dios de Ciempozuelos
La familia juega un papel clave en el apoyo a las personas enfermas y es de especial importancia en los casos relacionados con la salud mental. Su apoyo es fundamental desde el inicio de la enfermedad y es requerido igualmente cuando la persona se ve obligada, por el empeoramiento de su situación, a ingresar en un centro. Así lo entienden y aplican las personas que forman parte de la Unión de Familias del Centro San Juan de Dios de Ciempozuelos, una entidad que tras varias décadas de funcionamiento, sigue con la misma fuerza inicial para contribuir a que la situación de las personas que residen en esta institución cuenten en todo momento con el apoyo, el consuelo y el acompañamiento de sus familiares, además del personal que les atiende en el centro.
La celebración este 15 de mayo del Día Internacional de la Familia es una buena ocasión para recordar y rendir homenaje a la labor que realiza la Unión de Familias junto al Centro para lograr que todas las personas residentes se sientan acompañadas en todo momento.
El secretario de esta entidad, Alfredo González Carrión, destaca el trabajo continuo de la organización para atender y recoger las opiniones de las familias y trasladarlas a la dirección del centro, para organizar actividades y para, en general, aportar ideas que permitan mejorar la calidad de vida de los residentes.
Según explica, la labor de la familia de un enfermo psiquiátrico debe ser permanente, pero también el familiar necesita apoyo, en muchas ocasiones psicológico, para aprender a llevar esta situación y que la convivencia se mantenga de forma agradable.
“Cuando tienes dentro de la familia a un enfermo mental se trastoca todo. La situación muchas veces se va degradando con el tiempo y llega el momento en que necesitas la ayuda de las instituciones para cuidar a tu familiar. Pero cuando ingresa, no te puedes nunca desvincular de tu responsabilidad, y eso es lo que tratamos de mantener vivo desde la Unión de Familias”, explica.
Explica que a veces es complicado encontrar un centro adecuado para que cuiden a tu familiar y recuerda que él tuvo “la suerte” de poder ingresar a su hermano en el Centro San Juan de Dios de Ciempozuelos, donde cada semana acude junto a su esposa y a veces su hija para acompañar a César. Por eso, resalta también el papel del entorno familiar, cónyuges e hijos, para apoyar en todo este proceso y para que la persona que ha sido ingresada en un centro siga manteniendo el contacto permanente con su familia.
“Mi hermano está muy bien atendido aquí pero necesita sentir el cariño de la familia y que vengamos a verle. A veces, al cuarto de hora de estar aquí se cansa y quiere irse, pero cinco minutos antes de que le sobre nos necesita, y por eso vamos a seguir viniendo siempre que podamos”, explica.