I promoción de Terapia Ocupacional en la Residencia de Sevilla
La Residencia de Mayores de San Juan de Dios de Sevilla celebró recientemente un acto muy singular. La graduación de la primera promoción del curso de Terapia Ocupacional, que culminó con la entrega de banda y diploma acreditativo a sus 18 alumnos. Un reconocimiento a la constancia y el trabajo realizado durante todo el curso escolar.
Mantener viva la capacidad de memorizar, estimular la lógica y activar la movilidad física son algunos de los objetivos de este curso de terapia ocupacional que, por primera vez, se celebró en la Casa de la Orden situada en la céntrica calle Sagasta, donde la media de los alumnos ronda los 80 años, pero que pese a sus limitaciones, se han aplicado en cubrir las casi tres horas de actividades diarias de esta particular escuela.
Completar frases, convertir en letras las cifras o viceversa, pequeños crucigramas, copiar textos, leer, jugar con las palabras, el cálculo, juegos geométricos, son algunas de las tareas que a diario les marca la terapeuta ocupacional con la intención de mantener activa la mente.
En la parte física no faltan los ejercicios de rehabilitación y la gimnasia de mantenimiento que les sirve de gran ayuda para retrasar la aparición de enfermedades propias del avance de la edad.
Unas actividades que para sus alumnos se han convertido en imprescindibles para su desarrollo cognitivo, emocional y físico, siempre bajo la supervisión de personal especializado, que ha propiciado una mejora de la comunicación, de su capacidad crítica y, para otros, su autonomía evitando el sedentarismo.
El acto estuvo presidido por el superior de la Residencia, el Hermano Isidoro de Santiago, quien agradeció el enorme esfuerzo por el alumnado que día a día y pese a sus limitaciones, acudió a diario a sus clases. Fue llamando uno a uno para entregarles sus diplomas y su banda, que orgullosos, todos quisieron lucir.
No faltaron quienes no han sido regulares en el curso, y que ese día echaron en falta su diploma. Pero no era posible. Se requería haber sido constante en el trabajo y ni una falta.
Luego, finalizado el acto, algunas opinaron sobre lo que más les gusta. Antonia apuntó que “si no hiciera estos ejercicios, estaría con la cabeza ida”. A Dolores lo que más le gusta es el copiado. Para Antonia lo más entretenido es completar frases y pasar de números en cifras a letras. Carmen es la más puntual, y se mostró muy emocionada cuando así se le reconoció públicamente. Todos, los 18, se mostraron muy orgullosos de su trabajo y sus logros.